Smartwatch ¿Cuál es tu preferido?

Los relojes inteligentes o smartwatches ya conviven con nosotros hace varios años. Hay muchos modelos de distintas marcas, con distintas funcionalidades y distintos precios. Pero, ¿Cuál es el indicado para nosotros? En esta breve reseña intentaremos responder esa pregunta.

Lo primero y tal vez más importante de determinar es qué esperamos de nuestro reloj: que sea una real extensión de nuestro teléfono o simplemente algo que nos muestre cuanto nos estamos moviendo. Hoy en día los más populares sin duda son los Mi Band de Xiaomi, los AppleWatch de Apple o los Galaxy Watch de Samsung. Sin embargo, no todos hacen lo mismo y -sobre todo- no todos cuestan lo mismo. Los Mi Band son los más populares entre las pulseras de actividad, son relojes inteligentes bastante livianos y pequeños comparados con los otros que se especializan en sensar funciones de actividad, ya sea ejercicios, caminatas o hasta natación. Podemos sincronizarlos con nuestros teléfonos y recibir notificaciones de algunas aplicaciones,  y controlar el teléfono hasta cierto punto. Pero su función es más hacia el lado del fitness. Los relojes más grandes como el AppleWatch o el Galaxy Watch de Samsung, ya son verdaderos controles remoto de nuestros teléfonos. No sólo funcionan para registrar nuestra actividad física, sino que también podemos recibir notificaciones de la gran mayoría de apps, bajar aplicaciones específicas para los relojes, controlar que música estamos escuchando y hasta responder llamadas a través del teléfono. ¡Realmente muy útil! Así que a fin de cuentas depende de qué queramos hacer con nuestro reloj más que de cuanto queremos gastar.

Las pulseras de actividad, como decíamos anteriormente, están diseñadas para medir nuestros pasos, distancia recorrida, latidos de corazón y saturación de oxígeno en sangre. Son geniales para los entusiastas del deporte o de la vida al aire libre, ofreciendo localización GPS muy precisa e información en tiempo real sobre el clima en nuestra muñeca. También nos muestran notificaciones muy sencillas, como que nos ha entrado un mensaje o nos están llamando por teléfono. Usualmente estas pulseras son muy livianas y como tienen funciones más bien básicas su batería suele durar varios días antes de comenzar a agotarse.

En cambio, los verdaderos smartwatch son aquellos que parecen más a un reloj tradicional. Suelen ser más pesados y como tienen más funciones la batería no suele durar tanto. Pero, a su vez, funcionan como una extensión de nuestros teléfonos. Podemos contestar mensajes, escuchar música, realizar llamadas o incluso usar juegos para nuestro reloj, todo desde nuestra muñeca. Dentro de esta categoría encontramos los más caros, como los Apple Watch de Apple y los Galaxy Watch de Samsung. Incluso hay algunos más exclusivos de diseñadores de moda, como Hugo Boss y Michael Kors. Estos relojes también tienen muchas opciones de personalización física, pudiendo cambiar las correas y los biselados de los mismos por otros, ya sea por estética o por repuestos.

Un aspecto importante a la hora de elegir nuestro smartwatch es la pantalla. ¿Queremos algo con muchísimo color, o algo más sobrio? La mayoría de los relojes vienen con pantallas OLED, algunos incluso yendo más allá con pantallas AMOLED, para mostrar muchos y más intensos colores. Además, en cualquier smartwatch podemos personalizar la pantalla para colocar la “carátula” que mas nos guste. Podemos ir desde algo bien sobrio, como un reloj clásico, hasta carátulas futuristas con toda la información posible en la misma pantalla.

También debemos tener en cuenta la durabilidad de la pantalla. Si bien están realizadas en materiales resistentes a golpes y rayones, como Gorilla Glass y similares, lo más importante es ser cuidadoso y tratar de no golpear nuestro reloj. Un golpe fuerte puede romper el vidrio y nuestro smartwatch se convertiría en un pisapapeles caro.

Otro de los detalles a la hora de comprar un reloj inteligente es su interfaz, es decir, el sistema visual que podemos operar en pantalla. Aquí es donde Apple Watch y Galaxy Watch son los claros ganadores, con sus sistemas operativos WatchOS y Tizen liderando el mercado. Aquí nos importa más que nada que la navegación entre aplicaciones y menúes sea fluída, de manera que podamos hacer lo que sea que fuimos a hacer al reloj lo más rápido posible. También hay otras opciones de sistemas operativos, como Amazfit OS para las pulseras de Amazon y Fitbit OS para las de Fitbit, pero en el departamento de las pulseras de actividad los sistemas operativos son básicamente los mismos. Sin embargo, ya hace algún tiempo se está viendo que Android Wear OS gana terreno como sistema universal para los smartwatch, lo que dejaría a los fabricantes enfocados solamente en el reloj en sí, olvidándose del software. No es así con Apple, quien históricamente siempre desarrolla tanto sus dispositivos como el software que los impulsa.

De todos modos, a la hora de comprar un reloj inteligente, lo mejor es probarlo antes, ya que hay tantos modelos y marcas distintas que puede ser algo confuso encontrar uno ideal para nosotros. Una buena opción es “acompañar” nuestro teléfono inteligente con un reloj de la marca. Si tenemos un iPhone, lo ideal sería un Apple Watch. Si tenemos un Galaxy, un Galaxy Watch, y así sucesivamente. Con respecto al hardware, está claro que mientras sea más potente el reloj debería andar mejor, pero desafortunadamente no siempre es así. Al haber tantos sistemas operativos disponibles para los relojes a veces es más importante el nivel de optimización del software que 1GB más de RAM, por ejemplo.

Con tantas opciones en el mercado, lo más importante es decidir que queremos hacer con nuestro reloj y cuanto queremos gastar. Y como siempre, probarlos antes de decidirnos por un modelo en particular. Después de todo lo más importante es que nos resulte útil y cómodo, de lo contrario no es otra cosa  que un accesorio bastante caro.

En cuanto a la memoria de acceso aleatorio, parece obvio que cuanta más RAM, mejor, pero volvemos de nuevo al punto de la optimización de hardware y software: no siempre una cifra más alta va a proporcionarnos más rapidez en la ejecución de varios procesos, sino que será el resultado del software ajustado a los componentes.

Respecto al almacenamiento hay que hacer algunas puntualizaciones: buena parte de los smartwatches actuales siguen vinculados al smartphone para las aplicaciones, por lo que «tiran» de su espacio. No obstante, no debemos considerarlo un asunto baladí si miramos al futuro, donde la tendencia creciente es almacenar aplicaciones propias para su ejecución independiente o archivos como canciones. En este sentido destaca el Apple Watch 6 con 32 GB de capacidad. No es casualidad que los modelos más ambiciosos de los fabricantes electrónicos integren LTE, una conectividad que dota de independencia del teléfono al permitir llamadas, como veremos más adelante.

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Autonomía, la asignatura pendiente de los relojes inteligentes

Si la idea de un reloj es llevarlo puesto las 24 horas del día durante los 365 días del año y además los relojes inteligentes miden parámetros como los pasos o nuestro sueño, lo esperable sería que los smartwatches contasen con una batería enorme que nos hiciera olvidarnos de cargarlo durante mucho tiempo. No es el caso.

Al margen de modelos básicos como Amazfit Bip S (49 euros) – heredero de los «incombustibles» Bip – o de los Huawei Watch GT2 o Huawei Watch GT2e (99 euros), que rondan las dos semanas de batería, lo habitual es encontrar modelos con una autonomía que ronda un par de días. Por supuesto, se tratan de datos proporcionados por sus respectivos fabricantes, que suelen pecar de optimistas en estos datos. Así, modelos como el Sense llega a los 5 días, el Samsung Galaxy Watch 3 o el Apple Watch 6 se quedan en unos dos días.

La combinación de espacio reducido inherente a un reloj y la conectividad continuada son las responsables de esta autonomía limitada, si bien la eficiencia energética del hardware y la optimización del software también mucho qué decir.

Aunque lo ideal sería un reloj con autonomía dilatada, la tendencia del sector hacia un wearable independiente nos aboca a buscar recursos que agilicen y hagan la carga más cómoda, emulando a los relojes de cuerda. En este sentido, la carga rápida es una función que no debería tardar en llegar a estos dispositivos, quedando limitados a una «carga inalámbrica» que sigue requiriendo quitarse el reloj y apoyarlo sobre una base.

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Cada vez más preocupados por la salud y deporte

Electro

Aunque pulseras y relojes llevan integrados los sencillos acelerómetros para estimar nuestros desplazamientos e incluso los wearables más simples ya nos ofrecen pasos, distancia, horas de sueño, estimación de calorías y ritmo cardíaco, la sensórica relativa a la salud gana adeptos.

En este sentido, el siguiente paso es la integración de sistemas de geolocalización como el GPS, GLONASS o Galileo, que permiten registrar de forma más precisa nuestra ubicación y desplazamiento. Si bien modelos extremadamente básicos como el Bip Lite carece de GPS, lo que nos aboca a tener que llevar siempre el móvil encima para complementar estas mediciones, ya es habitual que al menos lo integren. Y si además tenemos idea de usarlo para rutas en el monte, puede ser interesante que dispongan de altímetro barométrico, un instrumento presente en relojes deportivos de marcas clásicas del sector como Suunto, Garmin o Polar, pero también en el Apple Watch Series 6, que además lleva brújula.

Si ya es habitual que ofrezcan datos de pulsaciones, permitiéndonos además establecer límites de alarma, modelos como el Apple Watch Series 6 va un paso más allá y es capaz de generar electrocardiogramas.

Otra medición al alza es la de la saturación de oxígeno, un parámetro que ayuda a estos dispositivos a ofrecernos una idea del rendimiento de nuestras sesiones deportivas o para analizar las etapas del sueño. Así, lo encontramos en relojes inteligentes dirigidos a público «generalista» (sin especial vocación deportivo) como los Huawei Watch GT2 y Huawei Watch GT 2e o las Fitbit Versa 3 y Sense.

Huawei Watch GT 2e Sport – Smartwatch de AMOLED pantalla de 1.39 pulgadas, 2 semanas de batería, GPS, Color Negro (Graphite Black) 46 mm (55025281)

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La clave para sustituir al smartphone: hacer y recibir llamadas

Como hemos comentado al inicio del artículo, el smartwatch nace con el ambicioso objetivo de encontrar su espacio más allá del smartphone, llegando incluso a sustituirlo en ciertas ocasiones. Una empresa difícil que aprovecha la ventaja de ser un wearable, es decir, que podamos llevarlo con nosotros en cualquier situación: al salir a correr, bajar a comprar pan, mientras estamos en la piscina…

Si quiere sustituir al teléfono, parece lógico que debe permitir hacer y recibir llamadas, algo que se puede hacer a través conectividad celular mediante bandas LTE, un estándar de comunicación que requiere la contratación de una tarifa de datos adicional para nuestro smartwatch. Algunos modelos que disponen de versión LTE son el Apple Watch (desde la tercera generación) o los Galaxy Watch de Samsung, todos ellos con 4G.

El LTE funciona a través de bandas compatibles que ofrecen diferentes velocidades de subida y bajada de datos, pero de poco vale una buena velocidad si la operadora no nos permite aprovecharlas. En este sentido, deberemos prestar atención a qué operadoras son compatibles y la velocidad máxima que proporcionan, es decir, la cobertura 4G en el territorio.

Así, es el Apple Watch el que se sitúa por delante con Orange, Telefónica y Vodafone como operadores compatibles, mientras que los Samsung Galaxy son compatibles únicamente con Orange y Movistar.

Mirando al futuro, la previsión es que tras la democratización del 5G en teléfonos (algo para lo que todavía falta un par de años a pesar de que cada vez hay más modelos), este estándar vaya llegando a los relojes inteligentes más ambiciosos. Eso sí, de nuevo volveremos a estar sujetos a la cobertura de la teleoperadora.

Más allá del avance de los estándares, los relojes inteligentes con LTE tienen como asignatura pendiente su aprovechamiento para algo más que recibir llamadas, por ejemplo poder enviar mensajes a través de aplicaciones como WhatsApp.

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Olvídate de la cartera con el NFC

Gear

Siguiendo la estela del punto anterior, la posibilidad de pagar a través del reloj inteligente también confiere a este dispositivo de una funcionalidad clave para su utilidad, tanto complementando al teléfono como sustituyendo a nuestra cartera.

Para que sea posible es necesario que el reloj disponga de NFC, una tecnología inalámbrica de corto alcance que, además de pagar, permite la identificación y la sincronización con otros dispositivos. Eso sí, que tenga NFC no basta para hacer uso efectivo de este, sino que nuestro banco ha de ser compatible con sus respectivas plataformas.

Entre los modelos más interesantes que actualmente integran NFC se encuentran los Fitbit Versa 3 y Sense, Apple Watch, los Samsung Galaxy Watch, el Garmin Vivoactive 4S (265 euros) o el Fossil Smatwatch Gen.5 (254 euros).

Pero más que prestar atención a los smartwatches que integran NFC, si queremos apostar por un modelo a futuro, la clave está en sus plataformas y su cobertura: Fitbit Pay, Samsung Pay, Garmin Pay o Google Pay, empleado por ejemplo en los smartwatches de Fossil.

¿Qué entidades financieras y crediticias son compatibles con estas plataformas de pago en España? Más allá de comprobar la compatibilidad con tu banco, es interesante apostar por plataformas que ofrezcan variedad de entidades y que integren los bancos más importantes, un buen indicador para evaluar su subsistencia a medio plazo y la futura adhesión de otras entidades.

Compatibles con Google Pay: Abanca, Adyen, American Express España, Aplazame SL, Banca March, BBVA, Bankinter, BNC10, Carrefour Pass, Edenred, American Express España, Openbank, Prepaid Financial Services, N26, Boon, Sodexo, Bankia, Banco Mediolanum, Rebellion, Banco Pichincha, Pibank y boon, Bunq, Caja de ingenieros, Caja rural, Cajasur, Cecabank, Correos, Curve OS, Edenred, Evo Banco, Ibercaja, ING, Kutxabank, Liberbank, Monese, Ontinyent, Paysafe Financial Services Limited, Pibank, Pecunpay, Pleo Financial Services, Rebellion, Revolut, Sodexo, Transferwise, Verse, UAB ZEN.com, Viva Wallet, Unicaja y ZELF

Con Fitbit Pay encontramos Banco Santander, La Caixa (Visa), Openbank, Servicios Financieros Carrefour, Revolut y Transferwise.

Compatibles con Apple Pay: American Express, Banca, March, Mastercard, Visa, bunq, Banco Pichincha, Bankia, Bankinter, Bankintercard, BBVA, Boon, Bunq, CaixaBank, Caja Rural, Caja Sur, Carrefour servicios financieros, Evo, Grupo Cooperativo Cajamar, Imagin Bank, Ibercaja, ING Caja de Ingenieros, cetelem, Colonya, Deustche Bank, Laboral Kutxa, Liberbank Banco Mediolanum, Monese, N26, Openbank, Evo Bank, Euro 6000, Orange, PiBank, Pibank, Revolut, Rebellion, Banco Sabadell, Banco Santander, Sodexo, Twyp, Unicaja, Wizink y Edenred.

Compatibles con Garmin Pay: CaixaBank, OpenBank, Banco Santander, Revolut, Transferwise y boon. de Wirecard

Con Samsung Pay son compatibles Abanca, Bankia, Bankinter, BBVA, Caja Rural, Cajasur, Caixa Ontiyent, Carrefour servicios financieros, CaixaBank, Cetelem, El Corte Inglés, Deutsche Bank, Edenred, Ibercaja, ImagenBank, Kutxabank, Liberbank, Openbank, Orange, Banco Sabadell, Banco Santander, Unicaja y WiZink.

Aunque no crece tan rápido como se esperaba inicialmente, el NFC sigue ganando peso específico en este sector y cada vez son más los usuarios que lo consideran una característica esencial por lo cómodo que resulta pagar con la muñeca, olvidándonos del intercambio de dinero en efectivo.

Personalización: correas, esferas y otros accesorios

Hermes

Otra alternativa a lanzar versiones más deportivas o casual es la de permitir la personalización mediante correas y esferas, que descargan parte de la estética del modelo en el software. Por ejemplo, los modelos como Fitbit Versa o Apple Watch destacan por sus esferas.

En cuanto a las correas, tan importante como que el propio fabricante comercialice accesorios es que también lo hagan terceros, proporcionando variedad de modelos, materiales y precios. Y esto va de la mano del éxito del modelo en cuestión: cuanto más peso específico tenga ese modelo concreto, más accesorios se comercializarán.

En este sentido, los smartwatches de Samsung o los Fitbit cuentan con abundantes correas, pero si hay un smartwatch que se lleva la palma es el Apple Watch, que además con la ventaja de que las correas de modelos anteriores son válidas para modelos más nuevos, siempre y cuando la caja del reloj sea de las mismas dimensiones. La propia Apple comercializa correas de nylon, silicona, metal o incluso la lujosa Hermes fabricada en cuero, pero en el mercado también hay opciones sobrias como las de cuero o deportivas.