Ya hemos tocado en este blog la exploración espacial de las empresas SpaceX y Blue Origin en varias ocasiones, pero esta vez nos vamos para el otro lado. Al fondo marino, para ser exactos. Resulta que un grupo de investigadores de Harvard, ETH Zurich y Caltech está desarrollando un robot submarino totalmente autónomo para catalogar especies marinas hasta ahora desconocidas. ¿Su nombre? CARL-Bot.
Se trata de una especie de dron subacuático de última generación, diseñado para moverse sin necesidad de que un ser humano esté detrás para darle los comandos. Sus movimientos serían dictados por una inteligencia artificial que tendrá como motor las redes de aprendizaje por refuerzo, que a diferencia de las redes neuronales convencionales no se basan en estadísticas, sino que pueden recopilar y analizar su experiencia propia. Este tipo de control es necesario para poder explorar los abismos marinos, allí donde un submarino o un dron controlado por cable no puede llegar. Es en este escenario donde drones automatizados como CARL-Bot ganan muchísima ventaja, ya que podrían operar de manera completamente autónoma y sin supervisión.
Si bien está en una etapa de desarrollo, los resultados son prometedores. CARL-Bot ha pasado de un tanque de pruebas bien controlado a un tanque mucho más grande, donde los científicos pudieron constatar que el robot había aprendido a navegar con mayor rapidez. En un futuro su idea es trasladarlo a una piscina aún más grande, donde podrán simular corrientes marinas y poner a prueba el algoritmo de aprendizaje del robot. La idea es que eventualmente CARL-Bot pueda hacerse a la mar y pasar semanas sin necesidad de regresar a la superficie a recargar sus baterías de litio y entregar la preciada información que haya recopilado.