Twitch es la plataforma de streaming (retransmisión) de videojuegos más grande del mundo. En esta plataforma podemos ver a cualquier usuario de la misma jugando distintos juegos, y podemos suscribirnos a la misma en caso de que nos guste mucho su contenido. ¡Incluso podemos crear nuestra cuenta y tener suscriptores propios! En esta nota veremos como dar nuestros primeros pasos y mejorar nuestras posibilidades de éxito en el mundo del streaming.
¿Recuerdan cuando éramos chicos, y queríamos jugar con algún videojuego pero alguien más lo estaba usando así que sólo nos quedaba mirar? Bueno, eso es básicamente la idea del streaming de videojuegos. Vemos a otra persona jugar un juego. Ni siquiera importa si esa persona es buena jugándolo, por ahí es un novato aprendiendo o un veterano con miles de horas en el juego. Lo importante es verlo. Ver como reacciona, como se entretiene, como gasta dinero en el juego. Esa pequeña parte de la vida de esa persona está siendo transmitida al mundo entero y podemos verlo en vivo y en directo. Todo depende de la habilidad del streamer (usuario emitiendo contenido) y de su carisma para mantenernos enganchados. Y si lo deseamos, podemos comprar membresías a su canal para mostrar nuestro apoyo para que siga desarrollando contenido. Todos los servicios de streaming son iguales en ese sentido, ya sea YouTube, NimoTV o Twitch. La diferencia es que Twitch tiene la base de usuarios más grande de todas, al punto de que Amazon lo compró en 2014.
Una vez creada nuestra cuenta, podemos empezar a ver al streamer que deseemos. Igual que YouTube, Twitch nos mostrará los más populares hasta que empiece a entender que usuarios o que videojuegos queremos ver. Ahí comenzará a personalizar nuestras búsquedas, dejándonos ver lo que cree que nos puede interesar. Cuando encontremos un usuario que genera contenido de nuestro agrado, podemos ver sus videos de manera gratuita, siempre y cuando no nos moleste ver algún anuncio que interrumpe la transmisión. De lo contrario, podemos pagar la suscripción de Twitch Prime (incluída en Amazon Prime, si es que la tenemos) para ver los contenidos sin anuncios. Al menos, sin anuncios pagos. Si el streamer que estamos viendo tiene un sponsor seguramente nos lo habrá saber varias veces a lo largo de su emisión. Si el contenido que realiza es algo que realmente nos agrada, podemos suscribirnos a su canal: esto es, pagar una membresía que nos dará ciertos beneficios para con ese streamer. El costo de estas membresías varían de usuario a usuario, siendo los más caros los de usuarios como PewDewPie o Pokimane, reconocidos streamers que tienen varios millones de seguidores.
Cabe destacar que si sólo queremos mirar una transmisión, no hace falta registrarnos. Pero si queremos chatear con los usuarios, suscribirnos o incluso empezar a subir nuestro propio contenido, no está nada mal suscribirse. Es gratuito y los beneficios son muchos. Registrarse es sencillísimo, simplemente colocamos nuestros datos, un correo electrónico y listo. ¡Podemos comenzar nuestra propia carrera de streamer! Eso sí, necesitamos al menos una cámara web y un micrófono para triunfar en este mundillo. Una vez hecho eso, elegimos un juego y nos ponemos a jugar mientras el cliente de Twitch retransmite nuestra pantalla y nuestro video en vivo. Es importante contar con una buena conexión a Internet. Luego, lo más importante es elegir un juego que conozcamos, ya que muchos usuarios vendrán a ver que tan buenos somos. Por último, hay que ser carismático. De nada sirve ser el número 1 en un juego si no podemos entretener a la audiencia. Una vez hecho eso, los seguidores empezarán a llegar, y con ellos, cada vez más posibilidades de empezar a hacer dinero. ¿Quién sabe? Tal vez todas esas noches invertidas jugando Age of Empires no fueron un desperdicio después de todo…