El «Chipaggedon» podría durar hasta el 2023

Hoy en día, la tecnología está presente en muchísimos ámbitos de la vida cotidiana. Desde algo tan común como un automóvil está lleno de chips, placas y circuitos que analizan y ajustas variables en tiempo real para optimizar el andar del vehículo. Pues esto hoy en día es un problema, ya que la escasez de chips y semiconductores a nivel mundial se está tornando en un problema real.

La realidad es que el mundo tecnológico no estaba preparado para la pandemia. Y de un día para el otro, todo el mundo necesitó computadoras, notebooks, webcams, y un sinfín de componentes electrónicos que, claramente, fueron agotando el stock de los fabricantes. Y de repente, los fabricantes fueron a comprar más materia prima y ¡oh sorpresa! No la hay. O hay muy poca, y con precios por el cielo.

Según el profesor Enrique Dans, de la IE Business School, esta escasez se debe a 4 factores principales. La pandemia, la guerra comercial entre China y Estados Unidos, la sequía en Taiwán (para la fabricación de chips se utiliza muchísima agua) y las heladas en Texas (cerraron muchas plantas de producción), dos de los puntos más fuertes en cuanto a producción de chips.

Este faltante está afectando a todas las ramas de la industria, pero la que más ha sido golpeada es la automotriz. Los fabricantes de autos necesitan chips para todo, para el motor, el climatizador, la computadora de a bordo, el GPS. Esto hace que empresas de la talla de Ford, VW y Toyota reduzcan su producción, o vendan los autos con sobreprecio debido a la falta de stock. Incluso algunos modelos “full” ahora son vendidos como “base” debido a la falta de equipamiento electrónico.

Samsung y Apple también reportaron problemas en la producción de chips desde sus plantas. En el caso de la manzanita, se espera que sus ventas trimestrales caigan en 4 mil millones de dólares debido a esta faltante.

Lo positivo es que el mundo está viendo que concentrar la producción de elementos tan vitales no es algo bueno, y se están abriendo fábricas de chips en EEUU y en Europa, para así desconcentrar un poco la fabricación de su actual posición en el sudeste asiático.

La escasez de chips se podría prolongar hasta el 2023, según Dans, mientras el mercado se acomoda a esta nueva industria post-pandemia.